La desgarradora historia de la veterinaria que se suicidó con el mismo fármaco con el que sacrificó a cientos de perros
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Quizás la veterinaria y defensora de los animales Chien Chih-cheng estaba en el empleo equivocado, en el momento equivocado.
"Con frecuencia trabajaba horas extras, poquísimas veces se tomaba su receso para almorzar y sacrificaba sus vacaciones para darles a los perros más atención y para ofrecerles una vida mejor", cuenta Winnie Lai, su compañera en un refugio para perros abandonados en la ciudad de Taoyuan.
Graduada de la mejor universidad de Taiwán y con la calificación más alta en la prueba que deben presentar las personas que quieren trabajar en el sector público, Chien podría haber escogido un trabajo de escritorio en la oficina central de un ministerio.
Sin embargo, optó por dedicarse personalmente al cuidado de muchas mascotas que habían sido abandonadas año tras año en Taiwán.
"Espero que mi partida les permita darse cuenta que los animales abandonados también son vidas (...) Por favor, valoren la vida". Carta de Chien Chih-cheng.